Internacional l Francia y EU
El viaje de Emmanuel Macron a Washington esta semana se perfila como una vía diplomática crucial en la que Europa intenta persuadir a EE. UU. de flexibilizar sus políticas frente a la UE. La Ley de Reducción de la Inflación es la última espina de las tensiones por los subsidios al otro lado del Atlántico que golpea las exportaciones de vehículos eléctricos del Viejo Continente.
Una guerra comercial transatlántica sería inevitable, en caso de una negativa a modificarlo, en momentos en que los aliados responden a los efectos globales de la guerra rusa en Ucrania.
El viaje oficial de tres días del presidente Emmanuel Macron a Estados Unidos ha sido anunciado con pompa por la Casa Blanca y descrito por el portavoz John Kirby como la llegada del “líder dinámico” del más antiguo aliado de Washington.
Pero detrás de la primera visita de Estado bajo la Administración de Joe Biden, se encuentra una serie de desavenencias que ambos líderes intentarán desenredar, marcadas especialmente por el plano comercial.
La mecha que podría estallar el enésimo conflicto comercial de la historia entre Europa y Estados Unidos recae en la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), que Joe Biden promulgó el pasado 16 de agosto.
La norma, aprobada en un intento por mitigar los efectos inflacionarios en medio de la guerra rusa en Ucrania, conlleva un paquete de subsidios por alrededor de 370.000 millones de dólares para la construcción de turbinas eólicas, paneles solares y microprocesadores.
La medida también incluye hasta 7.500 dólares en subsidios para los compradores de vehículos eléctricos fabricados en suelo estadounidense, un golpe para ese rubro económico en el Viejo Continente, donde Francia y Alemania son los principales productores de ese tipo de autos.
Desde el otro lado del Atlántico aseguran que Estados Unidos estaría aprovechando el primer conflicto en Europa desde la Guerra de los Balcanes en la década de los 90 para construir una ventaja comercial sobre la Unión Europea (UE), su aliado político, pero rival en el plano económico.
Bruselas señala que las extraordinarias contribuciones de la Administración Biden a sus industrias, que favorece a compañías como Tesla, de Elon Musk, excluyen del mercado estadounidense y dejan en desventaja a los BMW de Alemania y los Renault de Francia.
"Creo que esto no está en línea con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y no está en línea con la amistad", destacó Macron a principios de noviembre, tras una reunión con representantes de 50 sitios industriales franceses.
Fuente: france 24