Impacto


En el Día de la No Violencia contra la Mujer, los legisladores salen a mostrar avances de una reforma que busca frenar feminicidios y filicidios, pero que todavía tiene que demostrar que no se quedará en promesas.

Una promesa con peso… si se cumple

El Congreso Nacional de República Dominicana presentó los avances de la reforma “Déjala Ir”, una propuesta que busca enfrentar la violencia contra mujeres, niñas, niños y adolescentes con cambios legales más duros y un discurso de “tolerancia cero”. El anuncio se hizo en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con la promesa de que el país no puede seguir enterrando víctimas mientras el sistema mira hacia otro lado. La gran pregunta es si esta vez las palabras se convertirán en protección real y no en otro acto simbólico que se olvida al día siguiente.

Diez proyectos, muchos discursos y una deuda pendiente

De acuerdo con sus impulsores, la reforma articula por lo menos diez iniciativas de ley sobre feminicidios, violencia intrafamiliar, protección de menores y medidas de resguardo más eficaces para las víctimas. Se habló de fortalecer órdenes de alejamiento, protocolos de actuación y coordinación entre instituciones, todo envuelto en el lenguaje de “cambio estructural” y “compromiso de Estado”. Sin embargo, la historia reciente está llena de leyes bonitas en el papel y nulas en la práctica, mientras las denuncias se engavetan y las mujeres siguen siendo asesinadas por parejas y exparejas que el sistema conocía y no detuvo.

Del hemiciclo a la calle: el reto de que no sea un show

Los legisladores anunciaron que “Déjala Ir” será socializada a nivel nacional con organizaciones sociales, academia, territorios y medios de comunicación. Dicen que quieren que la reforma se convierta en un pacto real contra la violencia, que vaya más allá del Congreso y aterrice en la vida diaria de los barrios y comunidades. Pero la ciudadanía ya está cansada de actos solemnes, listados de buenas intenciones y fotos oficiales que no cambian la realidad en las fiscalías, los destacamentos ni los tribunales donde muchas víctimas siguen siendo revictimizadas o ignoradas.

Un país que no aguanta más feminicidios

Si “Déjala Ir” se queda en discurso, la violencia seguirá marcando las estadísticas y las familias seguirán cargando ataúdes mientras el Estado organiza más ruedas de prensa. La reforma podría ser un punto de quiebre si de verdad se traduce en protección oportuna, seguimiento a las denuncias, castigos ejemplares y recursos suficientes para aplicar la ley. Pero si no hay voluntad política constante, presupuesto y supervisión, todo este despliegue será otra página más en la larga lista de promesas que el país ha escuchado mientras los feminicidios y filicidios siguen golpeando cada provincia.

Fuente: Congreso Nacional de la República Dominicana

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