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La comunidad de La Ureña enfrenta una crisis educativa debido a apagones frecuentes que impiden un ambiente de aprendizaje adecuado en sus escuelas. En la Escuela Básica La Ureña, que alberga a 441 estudiantes, los apagones han sido un problema constante, especialmente con temperaturas que alcanzan los 34.5 ºC. La subdirectora, Guiomar Roa, ha señalado que, a menudo, la electricidad se corta durante la jornada escolar y no vuelve a restablecerse, lo que deja a alumnos y profesores sin ventilación.
El único inversor disponible en la escuela está dañado y no hay un sistema de aire acondicionado. Situaciones similares se presentan en el Liceo Don Pedro Mir, que también sufre por la falta de energía y no puede utilizar su inversor debido a la ausencia de baterías. Los docentes y alumnos intentan refrescarse aprovechando la brisa marina, pero las condiciones siguen siendo insostenibles para un aprendizaje efectivo.
Los efectos del calor extremo no solo impactan la comodidad, sino que también pueden afectar la salud de los estudiantes. Según el pediatra Elbi Morla, las altas temperaturas pueden generar cansancio, irritabilidad y afectar la concentración. Estas condiciones, si no se abordan, podrían perjudicar el rendimiento académico y la salud de los jóvenes, quienes continúan su jornada escolar enfrentando un entorno adverso.
Fuente: En Segundos