Impacto





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Redacción Tribuna

En una noche cargada de emoción y orgullo, Luis Abinader, el presidente de la República Dominicana, se dirigió a la comunidad dominicana reunida en Nueva York para celebrar el Desfile Dominicano. Con una voz firme y llena de determinación, Abinader inició su discurso resaltando su compromiso con todos los dominicanos y dominicanas, sin importar su origen o afiliación política. "Yo estoy aquí hoy representando a cada dominicano y apoyando a cada dominicano de cualquier origen, de cualquier partido. Estoy representando a todos los dominicanos y dominicanas de los cuales soy su presidente", declaró con convicción.

Esta no era la primera vez que Abinader, desde que asumió la presidencia, se encontraba con la diáspora en la bulliciosa ciudad de Nueva York, la segunda metrópolis con la mayor cantidad de dominicanos en el mundo. Sin embargo, esta ocasión tenía un significado especial al ser parte de las festividades del Desfile Dominicano, un evento emblemático que celebra la herencia y la cultura de la República Dominicana en las calles de la Gran Manzana.

La seguridad siempre está presente cuando un líder de su estatura se presenta en un evento público. Miembros del Servicio Secreto, fieles a su protocolo, escoltaron a Abinader y aseguraron su retiro del lugar cuando el entusiasmo y la multitud amenazaban con interrumpir la fluidez del acto. A pesar de la breve estancia, el presidente dejó una huella imborrable en la noche.

En un discurso que duró poco más de diez minutos, Abinader expresó su gratitud hacia los dominicanos que, incluso en tiempos de pandemia, enviaron valiosas ayudas a sus seres queridos en la isla. Reconoció con admiración la solidaridad que caracteriza a su pueblo, un atributo que considera único y ejemplar en el panorama internacional. "La solidaridad de los dominicanos no tiene igual a ningún otro país que conocemos. Y eso quiero agradecerlo", enfatizó con sinceridad.

Haciendo eco de su compromiso de liderar con responsabilidad y visión, el mandatario compartió su ambición por mejorar la calidad de vida en su país. Se mostró enérgico al expresar su determinación de convertir a la República Dominicana en un lugar más próspero y justo. "Trabajo cada hora, cada minuto, cada día tratando de mejorar las condiciones de vida de nuestro país y haciendo del país un lugar mejor de lo que encontramos", afirmó con pasión.

Abinader, con orgullo palpable, celebró los logros sobresalientes de la comunidad dominicana en Nueva York en diversos campos, desde lo profesional hasta lo político, social y económico. Y, mientras destacaba la grandeza de sus raíces, subrayó su compromiso de allanar el camino para un futuro sucesor en el gobierno, trabajando incansablemente para dejar un legado de progreso y prosperidad.

Concluyendo su discurso, el presidente compartió su emoción por participar en el próximo Desfile Dominicano de Nueva York, un evento que celebra la rica cultura y la identidad dominicana en una de las avenidas más icónicas del mundo. Abinader, con su decidida voluntad de liderazgo y su deseo de un mejor futuro para su nación, se prepara para caminar entre la historia como el primer presidente dominicano en unirse a esta celebración en su cuadragésimo primer aniversario.

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