Impacto


Mosaico l Música

Bastaron los primeros acordes de la canción que abrió el concierto, “El plan maestro”, y su saludo al grito “Qué lo qué Santo Domingo”, para que se iniciara una conexión que no decayó por dos horas y 15 minutos entre el cantautor uruguayo Jorge Drexler y el público que colmó la sala principal del Teatro Nacional Eduardo Brito.

“Tinta y Tiempo”, el concierto nombrado como su más reciente producción discográfica, puso a vibrar la noche del pasado sábado a un auditorio que cantó junto al artista casi todas sus canciones, de música y letras envolventes, sensibles y hasta contradictorias.

Cuatro músicos, dos coristas y Drexler en ocasiones en solitario con su guitarra, regalaron al auditorio un concierto inolvidable de un artista que bailó, corrió y se arrodilló varias veces en el sencillo escenario, que hacía alusión a una hoja en blanco.

El recital de canciones, algunas con títulos tan inusuales como sus letras, siguió con “Deseo”, “Corazón impar”, “Cinturón blanco”, “Me haces bien”, “Fusión”, “Bendito desconcierto”, “Inoportuna”, “Era de amar”, “¡Oh algoritmo!”, “Salvapantallas”, “Asilo” y la que nombró el concierto “Tinta y tiempo”.

“Fusión” se la dedicó a Michelle, quien viajó desde Honduras para celebrar su 30 cumpleaños en el concierto que provocó un largo taponamiento en la vía frontal del teatro, lo que motivó que comenzara con 20 minutos de retraso.  

En dos ocasiones, Drexler preguntó al público que quedó pendiente cantar de su primera visita al país en 2014, complaciendo la primera vez a seguidores que desplegaron una pancarta que decía “Universo paralelo” y en la otra a una fanática de primera fila que imploró por “Antes”.

Gran parte de sus fans se quedaron esperando canciones de su preferencia contenidas en las quince producciones musicales del artista, pero las poco más de dos horas del concierto no alcanzaron para dejar a todos satisfechos.

Algunos sí alcanzaron sus anhelos, como una joven que gritó “¡Ay Dios!” cuando escuchó las primeras notas del tema “Inoportuna” y con énfasis entonó después el estribillo “la vida no para, no espera, no avisa”.

Fuente: listin diario

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