Amy Coney Barrett fue confirmada el lunes como jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos por un Senado profundamente dividido, donde los republicanos hicieron valer su mayoría para instalar a la nominada del presidente Donald Trump ante las quejas de los demócratas, a sólo una semana de las elecciones presidenciales.
La jueza seleccionada por Trump para llenar la vacante de la fallecida icono liberal Ruth Bader Ginsburg potencialmente da pie a una nueva era de fallos sobre el aborto, la Ley de Cuidado de Salud Asequible e incluso su propia elección.
Los demócratas no pudieron detener el proceso, que lleva al tercer juez nominado por Trump a la Corte Suprema. Barrett tiene 48 años, y su nombramiento vitalicio como la 115ta jueza solidificará la inclinación del tribunal hacia la derecha.
Amy Coney Barrett podría participar en su primera audiencia a partir del 2 de noviembre, la víspera de las elecciones presidenciales. Por lo tanto, teóricamente actuará en caso de que se examinen posibles apelaciones contra los resultados de la votación.